Yo tengo una papa en el corazón y hay que pasar los tractores por mi cuerpo meter las manos en el surco buscar los sacos de plásticos para sacarme este corazón porque es tremenda papa y se come con carnita na má… Fragmento de Aleja a tus hijos del alcohol texto inédito de Rogelio Orizondo.
El proyecto Aleja a tus hijos del alcohol fue merecedor en el 2012 de la Beca de Creación Milanés, que convoca la Asociación Hermanos Saiz para promover e incentivar la creación escénica.
De la mano del dramaturgo Rogelio Orizondo[1] llega el texto homónimo, del cual parte el director José Ramón Hernández para la proposición de puesta en escena. Las bases de la misma estarán fundamentadas en la experimentación, en la búsqueda de nuevas zonas de comunicación e interacción con el público; a la manera de karaoke escénico, campañas de prevención e intervención de expertos de vida que compartan sus experiencias.
En Aleja tus hijos del alcohol el discurso dramático se ofrece fragmentado, dinamitado en el sentido convencional de cánones dramáticos. No hay más historia que la cruda realidad. El dolor. La crisis. La cotidianidad de un cadáver enfermo. Un acontecimiento nacional: la llegada del papa Benedicto XVI. La transmisión de un programa de radio. La virgen del cobre. Un guayabito que se ahoga. Un orgasmo en una guagua. Un poco de historia personal.
Orizondo provoca y remueve al lector-espectador, desde el juego con la palabra y las interrogantes del sentir nacional. Expone el dolor y la realidad, sin ironías, sin patetismos, sin sarcasmos. No en forma de fresco de la cotidianidad, sino desde una impresión generacional muy personal que madura los conceptos de patria, nación, tivol? La palabra vamos no la voy a decir más en la vida esa palabra la decía mi padre en su agonía final tenía dos morfinas pero le seguía doliendo quería que lo cambiaran de posición para que se le aliviara el dolor y gritaba vamo sin s como si convocara a una manifestación como si fuera el comandante[2].
[1] Premio de Dramaturgia Virgilio Piñera, 2010. Premio David. [2] Fragmento de Aleja a tus hijos del alcohol texto inédito de Rogelio Orizondo
El proceso de construcción de la puesta en escena Aleja a tus hijos del alcohol, ha pasado por disímiles etapas, elencos y espacios. Actores mutantes, entran y salen del proceso creativo como pasajeros que se bajan antes que el tren arribe a su destino final. Por un lado, los actuantes se convirtieron en detractores de un tiempo, de una entrega, de una dedicación, y por otro, erigieron condicionantes del encuentro con nuevos rostros que cambiaron el proyecto de puesta en escena.
En este camino, el acercamiento de las actrices Hilde Gorpe y Rosalía Roque Guanche, hacen que la obra tome un punto de giro. Desde la actuación en primera persona, Gorpe y Roque matizan y arman la espectacularidad propuesta por el director. Canto, baile, pasarela, rumba, alcohol, proyección de materiales de su vida personal.
El primer contacto con el público, Aleja a tus hijos del alcohol como hecho escénico, lo experimenta dentro del marco de Teatro de Otoño, Encuentro Nacional de Jóvenes Teatristas, celebrado el pasado diciembre, en la Filial Provincial de la AHS en Santiago de Cuba.
Presentado como work in progress, la obra se ajustó de manera automática al patio de la sede santiaguera. Tal pareciera ese espacio alternativo fuera el lugar preciso para el cual se concibió la propuesta. Las proyecciones, la justa disposición de cercanía entre el público y las actrices, las escaleras, los troncos de los árboles, todo integrado al discurso espectacular.
José Ramón Hernández como director, aturde al espectador, a través de una avalancha de sensaciones y emociones. Un karaoke escénico, el público canta, bebe y se moja. El público, se moja, canta y se va. Personas acceden a contar su experiencia, algo que les marcó en algún momento de sus vidas. Más allá de la comunicación tradicional, Aleja a tus hijos del alcohol establece con los espectadores una conexión visceral y sensorial.
Vuelto a La Habana el proyecto sigue indagando en los diferentes caminos de búsqueda y zonas de experimentación. Y luego de la experiencia en Santiago de Cuba, el director vuelve a re-pensar la puesta. Acondicionado al espacio del sótano del Guiñol Nacional, Aleja a tus hijos…, toma nuevos derroteros. La mirada del director baja a lo pequeño, lo íntimo, lo sucio y lo conecta con la cava de sepultura donde habitará el cadáver del padre. Lo subterráneo, lo oscuro, lo transforma en los caminos de un guayabito que se ahoga en alcohol y no alcanza nunca a ver el queso.
Aleja a tus hijos del alcohol gesta una propuesta escénica llena de provocación, con interpretaciones profundas y viscerales. Una invitación a lo subterráneo, a sentarse en el piso, con cojines o de pie y pensar en lo nacional, que con crisis o no, sigue adelante. …Estamos decididos mi patrimonio y yo este es mi pescao y si lo quieres no te lo doy…Este es mi ahogao y para quitármelo me tienes que dar candela…[3]
[3] Aleja a tus hijos del alcohol texto inédito de Rogelio Orizondo
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